viernes, 10 de noviembre de 2017

¿Resucitó Jesús en carne?

Respuesta por el hermano Cristian Cárdenas

¿RESUCITÓ JESÚS EN CARNE?
PREGUNTA:
Pastor ¿cómo está usted? De casualidad no tiene algún enlace de un video que hable sobre que Jesús, cuando resucitó, no tenía huecos en las manos y pies y costado como muchos dicen por malas interpretaciones de Juan 20...


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RESPUESTA:
Estimado hermano,
Cordial saludo y gracias por enviarnos su pregunta.
Muchas cosas se han enseñado a lo largo de la historia sobre el estado de resurrección de Jesús, por lo tanto, este artículo se desarrollará apegándose a la evidencia Escritural y a las interpretaciones de la ortodoxia. La intención de este artículo no es discutir sobre si Cristo resucitó o no, esta es una verdad absoluta del cristianismo (1 Col. 15:14), tampoco se hablará del proceso de resurrección sino del estado de resurrección o también llamado estado de exaltación.
La evidencia escritural muestra el estado de resurrección del Cristo con características especiales, como por ejemplo no fue reconocido por María Magdalena[1] (Jn 20:15), los discípulos de camino a Emaús lo reconocieron sólo hasta el partimiento del pan, el evangelio de Juan muestra el relato de la pesca en la que Jesús se hace visible, sus discípulos vuelven al negocio de la pesca, la escena es semejante a la relatada en Lucas 5 donde la pesca es abundante por el mandato de Jesús, al recordar ellos su llamamiento donde Jesús va a su encuentro, reconocen que el que les ordenó pescar aquella vez es el mismo que ahora les ordena, luego ellos bajan a la orilla a comer con él. Una evidencia más de su estado de resurrección lo relata Lucas, donde Jesús se muestra como humano (Lc 24:39), no una apariencia como muchos erróneamente pretenden enseñar, sino como alguien con piel y huesos, y que también se alimenta.
De acuerdo a estas evidencias se puede notar del estado de resurrección de Jesús que no es el mismo estado de aquellos que fueron resucitados antes que él, como el hijo de la viuda de Sarepta (1 Reyes 17:17-24), la hija de Jairo (Mateo 9:18-26), Lázaro (Juan 11:38-44) y otros ejemplos más en los que la apariencia física es igual, y más importante, siguieron viviendo bajo la naturaleza pecaminosa. Jesús se aparece a los discípulos de manera preternatural[2] (Lc. 24:36), sus más cercanos no lograron reconocerlo, pero aun así es de carne y hueso, Jesús es el epíteto de la resurrección de los cristianos, del estado de glorificación libre de la naturaleza pecaminosa, y es de esta resurrección de la que habla Pablo, por lo tanto la descripción que hace Pablo del cuerpo de los resucitados en 1 Corintios 15 no es la que vivió Lázaro quien tenía que seguir ¡pagando impuesto! y luego volver a morir, lo que describe el apóstol es el estado de resurrección de Cristo y los que seremos resucitados en gloria como él afirma en Filipenses 3:21, donde se describe como un cuerpo glorioso.
Pablo habla del estado de la resurrección en su primera carta a los corintios 15:36-47, y su argumentación inicia poniendo la muerte, destrucción del cuerpo como conditio sine qua non para la resurrección, y continua hablando de unas analogías somáticas, cuerpos celestiales (σώματα ἐπουράνια) y cuerpos terrenales (σώματα ἐπίγεια), cuerpos naturales (σῶμα ψυχικόν) y cuerpos espirituales (σῶμα πνευματικόν) (1 Cor 15:40). Pablo presenta características diferentes para cada cuerpo, la gloria de un cuerpo diferente a la gloria del otro cuerpo, un cuerpo en corrupción es transformado en un cuerpo incorruptible, un cuerpo natural es cambiado a un cuerpo espiritual, cabe aclarar que espiritual no significa inmaterial o etéreo, sino adaptado al espíritu, un instrumento perfecto del espíritu.[3] El soma psijikón (cuerpo natural) es un cuerpo material, físico, natural, que se siembra en corrupción y deshonra, el cuerpo que no heredará el reino de Dios, mientras que el soma pneumatikón (cuerpo espiritual) resucitará en incorrupción, gloria y poder (1 Cor. 42, 43). Por otro lado Pablo habla de que los cristianos seremos transformados (πάντες δὲ ἀλλαγησόμεθα) (1 Cor 15:51), el soma pneumatikón (cuerpo espiritual) será vestido de incorrupción e inmortalidad, hecho para vivir en la eternidad y para siempre. Calvino comenta de esto diciendo que “Realmente no hay en la Escritura artículo de fe más claro y nítido que éste: que resucitaremos con la misma carne que tenemos.”[4] Una carne transformada en un estado de gloria como nuestro señor.
Para concluir, se puede afirmar, sin temor, que la evidencia escritural de que el cuerpo resucitado de nuestro señor Jesús poseía características físicas, las cuales describe Lucas, y también un cuerpo adaptado al espíritu, a la eternidad, con una apariencia restaurada que los discípulos tardaron en reconocer, vestido de inmortalidad (1 Co 15:53), que comió y bebió con sus discípulos (Hch 10:41). La relevancia de esta verdad para el cristiano es que Jesús es la primicia de la resurrección, en él seremos vivificados, seremos transformados en cuerpos incorruptibles, libres del remanente de pecado, con una imagen restaurada. Esta esperanza nos anima a estar firmes y permanecer.
... Sorbida es la muerte en victoria.55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
1 Corintios 15:54-58 RV 1960



[2] Charles Hodge, Teología sistemática (Viladecavalls: Clie, 2010) 672.
[3] Luis Berkhof, Teología sistemática (Gran Rapids: T.E.L.L, 1949) 411.
[4] Institución, 3, XXV, 7.